Una tarde Simón notó que faltaban unos cuantos juguetes viejos de su baúl de chiches. Le expliqué que así como hacemos con la ropa cada tanto, cuando ya no la usa o le queda chica, lo mismo pasa con aquellos juguetes que va dejando de lado porque no juega más con ellos o porque son para nenes más chicos: los juntamos y se los damos a Cristina (la abuela de los primis), quien los lleva a su parroquia para regalárselos a los niños pobres.
Didácticamente quise aprovechar para explicarle una de las virtudes teologales: la caridad.
"¿Sabés cómo se llama cuando uno hace eso, Simón?" le pregunté.
"Sí, se llama reciclar" me contestó.
(6 AÑOS Y 5 MESES)
