Nos puso la tapa a todos

El domingo pasado fuimos los cuatro a ver Quidam, del Cirque du Soleil. Hasta último momento dudábamos en llevar a Cristóbal o no. ¡Suerte que lo hicimos! No sólo lo miró de punta a punta, sino que además lo disfrutó, sonreía, aplaudía, señalaba las cosas que le llamaban la atención. No se aburrió, no pidió irse antes, no lloró, no se asustó con los ruidos, las máscaras o los disfraces (todas hipótesis que habíamos barajado como posibles), ni siquiera se bajó de mi falda: lo tuve sentado a upa las dos horas y media. La verdad, un ídolo el gordo. Nos puso la tapa a todos. ¡Todavía no cumplió los dos años y ya disfruta a lo grande...!