"Yo quisiera vivir en Estados Unidos. Ustedes se van a trabajar y yo me voy a Disney."
(5 AÑOS Y 2 MESES)
El fin de una era

Por eso, cuando volviste ese día del colegio, tan entusiasmado mostrando el "aujerito" y hablando rápido de ratones y monedas, cuando resultó evidente que nuestro hijo primogénito había crecido así tan de repente, te abrazamos muy fuerte y con los ojos húmedos.
A vos se te cayó un diente. Pero a nosotros unas cuantas lágrimas.
El dolor más grande
Son esos famosos momentos en que uno quisiera poder rebobinar la película y borrar esa escena espantosa que se está viviendo. Tenías cinco años recién cumplidos cuando pensamos que por fin íbamos a cumplir el gran anhelo de traer a casa esa hermanita que tanto querías. Ya tenía nombre, ya tenía padrinos y un lugar en nuestros corazones; ya hablábamos de ella como parte de la familia, con la impune e ingenua certeza del que nunca ha pasado por desilusión alguna. Nos equivocamos. El destino quiso que su camino fuera otro, y nos tuvimos que volver a casa con las manos vacías y el corazón roto. Papá y yo jamás olvidaremos el dolor que nos causó darte la mala noticia. Un padre no quiere que sus hijos sufran nunca, pero es inimaginable cuando la pena la causa uno mismo con sus palabras. Tal vez algún día la herida cicatrice. Ojalá la vida nos compense y recordemos todo esto como un mal paso que a la larga tuvo un final feliz. Mientras tanto, sólo podemos pedirte perdón. Perdonanos, hijito querido, porque siendo tan chiquito tuviste que vivir ese dolor tan grande.
UN PAPÁ GENIAL
"Cuando yo tenga un hijo le voy a hacer caso en todo, ¡y también le voy a dejar decir malas palabras!"
(ENOJADO, 5 AÑOS Y 2 MESES)
(ENOJADO, 5 AÑOS Y 2 MESES)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)