Esperando a papá

Mamá viajó desde Buenos Aires unos días antes para esperarte. Papá iba a volar apenas llegaras al mundo. Pero los días pasaban y pasaban, y no había novedades. Parecía que no tenías ningún apuro por nacer. Pasó la fecha indicada –que era el 25 de julio­– y nada. Pasó el 26, y tampoco. Pasó el 27... nada. Entonces papá decidió viajar ese fin de semana porque se dio cuenta de que mamá (a pesar de que los pastores Diana y Daniel hacían lo imposible por acompañarla y contenerla) estaba demasiado impaciente, ansiosa, nerviosa... al borde de la desesperación. Papá llegó un domingo por la tarde y vos naciste apenas unas horas después, en la madrugada del lunes. Entonces todos entendimos qué era lo que estabas esperando.

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