Sueño cumplido

Siempre supimos que ibas a llamarte Simón. Hacía mucho tiempo que habíamos elegido ese nombre para vos. Cada fin de año cumplíamos puntualmente con un ritual: escribíamos tu nombre en un papel y lo pegábamos en un globo de gas. SIMÓN, bien grande y con acento. Y el papelito con tu nombre volaba hacia el cielo montado en un globo. Ése era nuestro sueño: tener un hijo varón que se llamara Simón. El 31 de diciembre de 2001 fue un delfín el encargado de llevarse tu nombre al cielo. Y ese año nuevo, que comenzó ese día, ese 2002, fue el año que naciste. Por eso siempre decimos que a vos no te trajo la cigüeña. Te trajo un delfín.

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